Una T puede ser un rostro sintetizado de un toro. Un color es la fuerza del toro. Nicolás de Maya desentraña, se centra y profundiza en la raíz más pura del “Toro”. El artista, en esta exposición analiza y sintetiza, recreándose en toda la dimensión plástica como un verdadero creador total, con distintas técnicas y formatos. De Maya reivindica la belleza plástica del “toro” dentro y fuera del ruedo: sus pitones, su pelaje, su hechura, su mirada mansa en el campo y desafiante cuando pisa el albero... Observando sus obras (pinturas, dibujos, collages, esculturas) nos presenta y representa una nueva dimensión visual, espiritual y mágica.
El artista, creador, como el ganadero, criador, comparten su pasión por el toro, es torerista y nos hace vibrar con las cosas del torerismo. Busca la clase en el “toro”, no niega la raza, busca la calidad y excelencia en sus obras. Como si de un ganadero se tratase, se preocupa de que el toro sirva para el toreo, fija y preserva su ganadería, sus toros, sus creaciones entorno a la majestuosa figura del bobino.